Es verano y todo cambia¡; cambian nuestros hábitos, los espacios dónde desarrollamos nuestras vidas, las comidas etc… y si tu hijo es alérgico debes tomar algunas precauciones.

El sol, la piscina, las comidas fuera de casa, los viajes… en verano te sales de la rutina, y, si tu hijo tiene problemas de alergias, seguramente os preocupen que uno de todos estos cambios puedan afectarle. Una cuestión que hay que resaltar, es que un niño alérgico, no es UN NIÑO ENFERMO. Aunque debes tener precaución, no es necesario privarlo de las diversiones propias de esta época.

Te vamos a dar una serie de consejos, pero no podemos olvidar que por supuesto el asesoramiento de un médico o profesional cualificado, en el caso de que tu pequeño tenga algún tipo de alergia es necesario.

Cremas solares y medicamentos antiinflamatorios

Algunos productos que normalmente no desencadenan alergias, pueden provocarlas si se exponen a la luz del sol. Este efecto se conoce como reacción fotoalérgica, y la producen algunas plantas, los filtros de algunas cremas solares, los medicamentos antiinflamatorios y algunos antibióticos.

Alérgicos a los alimentos: atención al comer fuera de casa

Durante el verano salimos a comer en terrazas y restaurantes con más frecuencia, y según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clinica (SEAC,) siete de cada diez reacciones alérgicas se producen fuera de casa. Por eso hay que leer bien la composición de los platos pero sobre todo no “arriesgar” con salsas, sopas etc…

Frutas que producen alergias

Podemos encontrarnos leche o frutos secos en los helados, trozos de frutas en postres y batidos y mariscos en pastas o ensaladas. No dudes en preguntar es mejor eso que tener un “susto”.

Frutas de temporada

Muchas frutas de verano, especialmente las que tienen pelillos en la piel como el melocotón y el albaricoque, provocan reacciones alérgicas. Algunos síntomas son la inflamación y picor en la boca, labios y garganta. Son frecuentes en niños con alergia al polen.

Picaduras de avispas, abejas y medusas

Si tu hijo es alérgico a las picaduras de avispas y abejas, en verano tendrás que extremar las precauciones: en las comidas campestres los insectos se acercan atraídos por la comida, y ten mucho ojo en las piscinas: es fácil que haya avispas en zonas de hierba húmeda o cerca de las duchas. Los expertos recomiendan vestir con colores poco llamativos y evitar perfumarse o poner a tu hijo cremas con mucho olor.

En el caso de las medusas, una mezcla de vinagre y agua salada pueden aliviar el dolor, pero si se producen efectos secundarios, como desorientación o inflamación desproporcionada de la zona, lo mejor es llevarlo al centro de salud más cercano.

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Dermatitis atópica: recomendaciones para el verano

Cada vez hay más peques con este problema: la dermatitis atópica puede empeorar si los niños que la sufren abusan del baño en la piscina, tanto por el cloro como por el efecto del baño prolongado. Sin embargo, el uso del agua salada y los baños en el mar mejoran y alivian los síntomas.

Tatuajes de Henna

Aunque no es un problema habitual e los más pequeños, a veces los niños de entre 6 a 12 años, piden a los padres un tatoo. La henna es un producto natural, pero la que se aplica en los tatuajes temporales que se ofrecen en playas y ferias está enriquecida con parafenilendiamina, un producto que fija mejor el tatuaje. En ocasiones, esta sustancia provoca dermatitis y alergias.

Alergia al polvo

En la costa la humedad del aire es elevada y la temperatura cálida, y por eso los apartamentos de playa que llevan un tiempo cerrados son el “hogar” ideal para los ácaros responsables de la alergia al polvo. Si tu hijo es alérgico, extrema las precauciones y prepara la casa con tiempo: lo ideal es limpiar a fondo y ventilar antes de instalaros.

Alergia a los animales

En verano es normal viajar a zonas rurales, y allí nuestros hijos entran en contacto especies con las que normalmente no conviven, como ovejas, cabras y caballos. Aunque las alergias más frecuentes son las que producen los perros y gatos, algunos niños pueden presentar reacciones frente a estos animales. La reacción alérgica puede afectar a los ojos y vías respiratorias en forma de rinoconjuntivitis y asma alérgicos, y generalmente se debe a proteínas que contienen el pelo, saliva y orina de estos animales.

Alergia al polen: plantas de verano

Es cierto que la época más difícil para los niños alérgicos al polen es la primavera, pero cuanto más al norte nos encontremos, más tarde florecen las plantas, así que nunca está de más llevar la medicación en nuestros viajes por si acaso se produjera alguna reacción.

Finalmente y como medida de precaución general, llevad siempre encima la medicación que el alergólogo os haya recomendado. Así estaréis preparados si vuestro hijo tiene algún episodio de alergia. Cuando las vacaciones son cortas no se recomienda llevar las vacunas antialérgicas, y además hay problemas para llevarlas en los aviones. Por otro lado, es recomendable llevar un informe del especialista, tanto si viajáis dentro de España como al extranjero.

Y sobre todo disfrutad del verano, de “la caló” y de vuestros pequeños, hay pocos momentos en el año tan propicios para disfrutar de la familia.