Neurociencia en educación infantil (I)

En Los Peques tenemos como objetivo conseguir mediante todo el conocimiento posible que el paso de vuestros hijos por nuestro sirva para que vuestros peques se enfrenten a los años académicos posteriores con las mayores garantías posibles.

En la mayoría de propuestas ofrecidas para mejorar la educación en nuestro país predominan los razonamientos teóricos y filosóficos.

Nosotros en esta ocasión queremos ser muy empíricos y os vamos a contar unas sugerencias muy prácticas que os van a servir con vuestros pequeños, pero también podéis aplicarlas si tienen hermanos mayores. Este es un post que puede tener aplicaciones no sólo para los más pequeños, sino “para toda la familia”.

Están enfocadas a mejorar el rendimiento académico y tiene una base neurocientífica. Por supuesto estas sugerencias tienen su versión particular para cada nivel y contexto educativo.

1. Que practiquen regularmente deportes o actividades físicas

El ejercicio físico aeróbico beneficia las capacidades cerebrales tanto en el niño (también los adultos… !papás y mamás¡). Quiénes tienen una actividad física semanal más intensa tienen también una mejor memoria, mayor flexibilidad y velocidad de procesamiento de información mental. Incluso 30 únicos minutos de marcha en bicicleta o carrera al día pueden ser suficientes para mejorar el tiempo de reacción y la velocidad de procesamiento de la información en el cerebro.

Ello es posible porque la actividad física genera BDNF, una proteína del cerebro que aumenta la plasticidad o capacidad de las neuronas para formar conexiones entre ellas, el número de las que nacen diariamente y la vascularización y aporte de sangre que reciben. La actividad física, en definitiva, genera una especie de lubricante que facilita el funcionamiento de la maquinaria cerebral para aprender, formar memorias y recordar.

2. Evitar el exceso de grasas en la alimentación

Siempre la alimentación¡ pero es así. Una alimentación adecuada para aprender debe evitar las dietas altas en grasas, pues son dietas que reducen la sensibilidad de los receptores NMDA, que son moléculas del cerebro que forman parte de los mecanismos de plasticidad neuronal que hacen posible la formación de la memoria en lugares como el hipocampo y la corteza cerebral. La experimentación actualmente en curso indica que la restricción calórica en la alimentación favorece la mayoría de procesos mentales.evitar excesos de grasas en Los Peques

3. Dormir lo necesario con regularidad

El sueño anticipado prepara al cerebro para aprender y, cuando ocurre tras el aprendizaje, potencia la formación y estabilización de las memorias. Es así porque las mismas neuronas que se activan para registrar la información cuando aprendemos vuelven a activarse cuando dormimos. Suelen hacerlo entonces a mayor velocidad dando preferencia a las que registraron los aprendizajes a los que se atribuyó mayor importancia o valor de futuro.

4. Entrenar frecuentemente la memoria de trabajo

Esta memoria es la que utilizamos para pensar, razonar, planificar el futuro y tomar decisiones. Con ella retenemos en la mente, por ejemplo, las posibles jugadas a realizar en una partida de ajedrez o las diferentes opciones para tomar una decisión. Esta es una de las muchas razones por las que nuestros “peques” en nuestro centro, aprenden a jugar al ajedrez.Entrena tu memoria en Los Peques

5. Guiar el aprendizaje con preguntas

Este procedimiento motiva, concentra su atención, provoca que busquen en cualquier fuente de información posible la solución a los interrogantes que se le plantean. Es además un modo de enseñarle a trabajar y ganar autonomía para aprender.