A veces en nuestro centro, hay padres que nos preguntan al ver como sus hijos están utilizando ordenadores o viendo la TV;¿porqué sus hijos pasan tiempo delante del ordenador o de la televisión?.

Aunque es normal esta preocupación si debemos dejar algo muy claro: ni internet, ni la televisión; ni los móviles; ni las consolas son objetivamente “dañinas” para el desarrollo y la educación de los niños. Lo son o no, dependiendo de su uso.

niño viendo la TV

Los niños de entre 2 y 5 años, aún no saben leer, por lo que su manera de aprender es a través del juego, la música y la experimentación. Basándose en estas tres áreas han surgido numerosos juegos educativos online para que los pequeños aprendan mientras se divierten. A través de estos juegos educativos pueden aprender los números, las formas, los colores, las letras además de ciertas habilidades motoras como la coordinación, espaciales, lógicas y matemáticas.

“A esas edades, es casi imprescindible que los padres les muestren al principio cómo se juega para luego dejarlos que experimenten por ellos mismos sus propias sensaciones, sus éxitos al acabar de dibujar un número o finalizar un puzzle”, explica Ramón Egido, fundador de Syncrom Entertainment, empresa española especializada en el diseño de juegos educativos para dispositivos móviles. “A algunos juegos, por la complejidad de la interface, tendremos que dedicarles más tiempo hasta que el niño los dominen; otros, no hará falta porque son sencillos de usar. Lo ideal de los juegos infantiles es que siempre dispongan de un interfaz que se llama “papá o mamá”.

Juegos educativo online

Afianza lo aprendido en el juego educativo

Afianzar los conocimientos adquiridos es imprescindible y para ello se aconseja trabajarlo también a modo de juego en la vida real. Por ejemplo, si está aprendiendo los medios de transporte a través del juego Funny Cars, que además está en tres idiomas, cuando vamos por la calle es bueno preguntar al pequeño qué tipo de medio de transporte es este o aquel y cómo se dice en inglés.

“Es bueno que asocien ideas o sensaciones que han desarrollado con el juego en la vida real. Si hemos trabajado los colores y los coches, por ejemplo, podemos pedir al pequeño que nos avise cuando vea un coche rojo. De esta forma el aprendizaje se convierte en un juego. Si estamos aprendiendo las primeras palabras en inglés, por ejemplo, podemos jugar con ellos a que uno de los peluches que seguro que tiene hable solamente inglés.

¿Crees aún qué tus hijos nos deben utilizar y disfrutar de las nuevas tecnologías? #niñossxxi