La semana pasada os dábamos unos primeros consejos de cara a la alimentación de los “peques” y porqué no decirlos “los no tan peques”. Esta semana os damos algunos consejos más:
- Las calorías de las bebidas !también cuentan¡. Los refrescos con gas y otras bebidas edulcoradas suman calorías y no “es lo mejor para los niños”. Lo mejor; el agua y la leche. El zumo está bien cuando es al 100%, es decir cuando “papa” toma la licuadora o exprimidor y hace el zumo con las frutas frescas que tenemos en casa.
!Los dulces¡. Están bien, no lo vamos a negar a la mayoría nos encantan… pero no conviertas el postre en el plato más deseado de las comidas. Cuando el postre se convierte en el premio por haber comido bien lo normal que los niños den más valor al pastelito que al brócoli. Intenta mantener una actitud neutra hacia los alimentos. - No confundas la comida con el cariño. Cuando se utiliza la comida para recompensar a los niños y/o para mostrarles afecto, los niños pueden empezar a utilizarla como mecanismo para afrontar el estrés u otras emociones negativas. En vez de recompensar a tu hijo con sus manjares preferidos, abrázalo y préstale atención.
- Los niños hacen los que hacen los padres. Cuando un niño no come bien, en la mayoría de los casos es un reflejo de sus progenitores. Se un buen ejemplo y come como quieras que ellos coman. Comed en la mesa, junto a ellos y no te saltes las comidas.
- Limita el tiempo de televisión y ordenador. De este modo, vas a evitar que tu hijo “pique” mientras está delante de una pantalla. Hay estudios que demuestran que los niños, cuando reducen las horas de televisión también reducen su porcentaje de grasa corporal. ¿Por qué?. Porque cuando limitas el tiempo de televisión y ordenador, los niños buscan formas activas de pasar el tiempo.
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Y ahora…a cenar!